La Cuaresma, soñemos con Dios. Material para la oración.
La cuaresma está a la vuelta…
Este tiempo de preparación nos ayudará a vivir una Pascua más intensa… no tengamos miedo a preparar.
CUARESMA 2017
Cada uno de nosotros somos corrientes de vida para nuestro mundo. Somos corrientes que se unen a otras que llenan de dignidad, solidaridad, paz, acogida, desarrollo,… este mundo en el que vivimos. Esta cuaresma es un tiempo ideal para darnos cuenta de lo que cada uno de nosotros está llevando a su realidad. Esta Cuaresma es un tiempo ideal para reconocer todas las corrientes de vida que se extienden a nuestro alrededor quizá de un modo inapreciable, pero presente y eficaz.
Nuestra parroquia forma parte de este sueño que se extiende por todo el mundo y que está lleno de imaginación, de sencillez, de espíritu de familia. Pero también de mucho compromiso, de mucha cercanía a la gente, de mucha atención a lo que las personas están sufriendo. Es una corriente de vida, de alegría, servicio sencillo, de apuesta por el más débil, de caridad concreta,… para nuestro mundo, y que los cristianos llevamos en el corazón.
Es un sueño que tiene su origen junto al lago de Galilea, junto al río Jordán, y que se prolonga en nuestra parroquia, en nuestros barrios, y en tu casa, en tu familia, en tu vida… Una corriente de vida inspirada en las palabras sencillas y profundas del Maestro de Nazaret, capaces de mover lo mejor de la persona y de indicarle el camino hacia lo que realmente da vida: el amor. Las palabras de Jesús nos ayudan a reconocer lo que palpita en nuestro interior y nos invitan a vivir lo que realmente somos, integrándonos en esta gran corriente de vida que riega nuestro mundo de amor.
Al hacer silencio o al compartir nuestra oración cada día, nos estamos uniendo a mucha gente que eleva a Dios su corazón. En cada gesto de donación, nos estamos haciendo hermanos de quien camina a nuestro lado. En cada ayuda que prestamos a quien nos necesita, estamos siendo rostro vivo del Amor que vive en nuestro interior. Somos parte de ese gran corazón que late en el mundo. Y que no se puede medir en números. Sólo en latidos apasionados y compasivos, en gestos que revelan la ternura y el cariño comprometido que nos habita. Somos corrientes de vida que llenan el mundo de ternura, de compasión y de bondad. Llevamos dentro de nosotros un agua que sacia nuestra sed y que, a la vez, la aviva.
Te invito a que vivas estos días desde el corazón, para que cuando lleguemos a la Pascua, el corazón ya esté aclimatado.