Domingo de la Divina Misericordia
Segundo Domingo de Pascua
La Fiesta de la Divina Misericordia se celebra el Segundo Domingo de Pascua, que actualmente se conoce como el Domingo de la Divina Misericordia. El 30 de abril de 2000, día de la canonización de Sor Faustina Kowalska, el Papa Juan Pablo II, instituyó esta fiesta para toda la Iglesia.
La inspiración que condujo a la institución de esta fiesta en la Iglesia procedía del deseo que Jesús había comunicado a Sor Faustina.
Jesús le dijo: “Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia” (Diario 299).
Y también: “Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias” (Diario 699).
En diversas apariciones, el Señor reveló, no sólo cuándo había de celebrarse la fiesta en el calendario litúrgico de la Iglesia, sino también el motivo y el propósito de su institución, cómo preparar la fiesta, cómo debía ser su celebración y habló también de las grandes promesas asociadas con la fiesta.
La mayor de ellas es la gracia “del perdón total de las culpas y de las penas” relacionada con la Santa Comunión recibida en este día después de una buena confesión, y vivida en el espíritu de la devoción a la Divina Misericordia; dicho de otro modo, se trata de tener una actitud de confianza hacia Dios y de ejercer de forma activa el amor al prójimo.
Con el fin de prepararse debidamente para la Fiesta de la Misericordia se recomienda hacer la novena, rezando la Coronilla los nueve días que preceden a la Fiesta, a partir del Viernes Santo. Jesús le dijo a Sor Faustina: “Hija Mía, di que esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi Misericordia para el consuelo del mundo entero” (Diario 1517).