ENCUENTRO PARROQUIAL DE PREPARACIÓN DEL CURSO 2016-2017
Parroquia de Ntra. Sra de los Ángeles y Sta Ángela de la Cruz
1 de Octubre de 2016
REFLEXIONES SOBRE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA “EVANGELII GAUDIUM”
INTRODUCCIÓN
En el último “Encuentro” del pasado curso parroquial 2015-2016 (11 de junio), se trataron algunos aspectos de la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium (E.G.)” del Papa Francisco, intentando profundizar en la riqueza de su contenido. En concreto, se trataron las tres primeras Reflexiones:
La alegría del evangelio y la transformación misionera de la Iglesia
La crisis del compromiso comunitario
Las tentaciones de los agentes pastorales.
Asimismo, se trabajaron en los correspondientes grupos las cinco Reflexiones restantes, sin llegar a presentarse lo elaborado por los mencionados grupos.
Este documento pretende recoger estos trabajos, reflejadas en los correspondientes Cuadros, y resaltar, muy someramente, algunos aspectos más significativos del texto de la E.G., con el objetivo de despertar y avivar nuestra curiosidad en continuar profundizando en su riqueza espiritual para la adaptación de un “Evangelio Alegre” al mundo que nos ha tocado vivir.
DESARROLLO
REFLEXIÓN IV.- Todo el pueblo anuncia el Evangelio
110-134 Todo el pueblo anuncia el Evangelio *Leemos a la luz de la fe nuestros espacios laborales y profesionales, nuestro estudio… *Repensamos nuestras responsabilidades como instrumentos de evangelización.
El Papa Francisco escribe:
La evangelización es tarea de la Iglesia. Pero este sujeto de la evangelización es más que una institución orgánica y jerárquica, porque es ante todo un pueblo que peregrina hacia Dios…(EG 110)
A considerar
No puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Señor.
Forma de entender la Iglesia como misterio que hunde sus raices en el Espíritu de Dios.
Dios nos atrae teniendo en cuenta la compleja trama de relaciones inter-personales que supone la vida en una comunidad humana.
El cristianismo no tiene un único modo cultural.
Todos estamos llamados a crecer como evangelizadores.
La mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar sino amar.
El primer momento del proceso de evangelización es un diálogo personal con la persona evangelizada; sólo después de esta conversación es posible presentarle la Palabra.
Imponer la uniformidad, la homologación no ayuda a la misión de la Iglesia
REFLEXIÓN V.- La profundización del Kerigma
160-175 La profundización del Kerigma *Repensamos la catequesis y el acompañamiento centrados en la actualización del primer anuncio.
El Papa Francisco escribe:
La evangelización también busca el crecimiento que implica tomarse muy en serio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella. Cada ser huma-no necesita más y más de Cristo, y la evangelización no debería consentir que alguien se conforme con poco, sino que pueda decir plenamente: “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi”. (EG 160)
A considerar
En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: “Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte”
Características del anuncio:
Que exprese el amor salvífico de Dios previo a la obligación moral y religiosa,
Que no imponga la verdad y que apele a la libertad,
Que posea unas notas de alegría, estímulo, vitalidad, y una integralidad armoniosa que no reduzca la predicación a unas pocas doctrinas a veces más filosóficas que evangélicas.
El anuncio de la Palabra debe estar centrado en ella, pero siempre necesita una adecuada ambientación y una atractiva motivación.
La Iglesia tendrá que iniciar a sus hermanos —sacerdotes, religiosos y laicos— en este “arte del acompañamiento” en los procesos de crecimiento.
Hace falta «una pedagogía que lleve a las personas, paso a paso, a la plena asimilación del misterio
REFLEXIÓN VI.- Dimensión social de la evangelización
176-216 Dimensión social de la evangelización *Analizamos situaciones concretas de exclusión, pobreza e inequidad.
El Papa Francisco escribe:
Ahora quisiera compartir mis inquietudes acerca de la dimensión social de la evangelización precisamente porque, si esta dimensión no está debidamente explicitada, siempre corre el riesgo de desfigurar el sentido autentico e integral que tiene la misión evangelizadora. (EG176)
A considerar
El kerygma tiene un contenido ineludiblemente social: en el corazón mismo del Evangelio está la vida comunitaria y el compromiso con los otros.
La redención tiene un sentido social porque “Dios, en Cristo, no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los hombres”.
Confesar que el Espíritu Santo actúa en todos implica reconocer que Él procura penetrar toda situación humana y todos los vínculos sociales.
La Palabra de Dios enseña que en el hermano está la permanente prolongación de la Encarnación para cada uno de nosotros.
Nuestra respuesta de amor tampoco debería entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales que podrían constituir una serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la propia conciencia. (“caridad a la carta”)
La propuesta es el Reino de Dios En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos.
La religión no debe supeditarse a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional.
Ello supone implicarse, tanto en la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza, como en la promoción del desarrollo integral de los pobres, incluyendo los gestos más simples y cotidianos de solidaridad.
La palabra “solidaridad” está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad.
El clamor de los pobres: Nos escandaliza el hecho de saber que existe alimento suficiente para todos y que el hambre se debe a la mala distribución de los bienes y de la renta.
Nuestro compromiso no consiste exclusivamente en acciones o en programas de promoción y asistencia; lo que el Espíritu moviliza no es un desborde activista, sino ante todo una atención puesta en el otro.
Nadie debería decir que se mantiene lejos de los pobres porque sus opciones de vida implican prestar más atención a otros asuntos. Ésta es una excusa frecuente en ambientes académicos, empresariales o profesionales, e incluso eclesiales.
REFLEXIÓN VII.- La paz y el diálogo social
217-258 La paz y el diálogo social *Buscamos caminos de justicia y paz. *Reflexionamos acerca de la ecología y de los nuevos desafíos de la sociedad actual.
El Papa Francisco escribe:
Hemos hablado mucho sobre la alegría y el amor, pero la Palabra de Dios menciona también el fruto de la paz. (EG 217)
La paz social no puede entenderse como un irenismo o como una mera ausencia de violencia lograda por la imposición de un sector sobre los otros. (EG 218)
A considerar
El tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno. Nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad.
El conflicto no puede ser ignorado o disimulado. Ha de ser asumido
Pero si quedamos atrapados en él, perdemos perspectivas, los horizontes se limitan y la realidad misma queda fragmentada.
Hay una tercera manera, la más adecuada, de situarse ante el conflicto. Es aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso.
La unidad del Espíritu armoniza todas las diversidades.
La realidad es más importante que la idea. La realidad simplemente es, la idea se elabora. Entre las dos se debe instaurar un diálogo
El todo es superior a la parte. Hace falta prestar atención a lo global para no caer en una mezquindad cotidiana.
El modelo no es la esfera. El modelo es el poliedro, que refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan su originalidad.
Hay particularmente tres campos de diálogo: con los Estados, con la sociedad —que incluye el diálogo con las culturas y con las ciencias— y con otros creyentes. La Iglesia proclama «el evangelio de la paz.
REFLEXIÓN VIII.- El impulso misionero de María
259-288 El impulso misionero de María *Analizamos cuáles son las motivaciones profundas que alientan al cambio y a la renovación y que pueden dar nuevo impulso a la actividad de todos en esta etapa evangelizadora.
El Papa Francisco escribe:
En este último capítulo no ofreceré una síntesis de la espiritualidad cristiana… Simplemente propondré algunas reflexiones acerca del espíritu de la nueva evangelización. (EG 260)
A considerar
Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo.
Una evangelización con espíritu es muy diferente de un conjunto de tareas vividas como una obligación pesada que simplemente se tolera, o se sobrelleva como algo que contradice las propias inclinaciones y deseos.
Desde el punto de vista de la evangelización, no sirven ni las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón.
Unidos a Jesús, buscamos lo que Él busca, amamos lo que Él ama. En definitiva, lo que buscamos es la gloria del Padre.
A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor.
Actuar sin pretender aparecer como superiores, sino “considerando a los demás como superiores a uno mismo”.
Algunas personas no se entregan a la misión, pues creen que nada puede cambiar y entonces para ellos es inútil esforzarse
También aparecen constantemente nuevas dificultades, la experiencia del fracaso, las pequeñeces humanas que tanto duelen.
Nos hace falta una certeza interior y la convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fracasos.
María es la Madre de la evangelización. Ella reunía a los discípulos para invocarlo y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés.
Ella es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y “su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia”. Ella se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad.
CONCLUSIONES
A continuación se relacionan – a modo de Conclusiones Operativas – un extracto
de las referencias a considerar, expresadas en el desarrollo de las cinco Reflexiones anteriormente abordadas,
Se pretende con ello facilitar la aplicación de lo preconizado en el texto del Papa Francisco en nuestra cotidianidad.
Su aplicabilidad resulta válida, tanto en nuestra actividad habitual como cristiano que siente, vive y proclama su fe, como si este compromiso lo hemos concretado, además, en alguna actividad pastoral
Es el momento de – intentar – ponernos objetivamente en lo que el Papa Francisco pretende, valorar dónde nos encontramos y actuar en consecuencia.
El Espíritu de Dios nos ayudará en este empeño.