Sólo una gota
Adviento, elogio de una gota
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota” (Madre Teresa de Calcuta)
Al leer esta frase de la madre Teresa, se me han levantado muchas ideas y sentimientos que yo antes había gustado en el Evangelio y que nos hablaban de la gota. ¿De la gota de agua? Sí
Y me recordé las parábolas de crecimiento del Reino de los cielos propuestas por Jesús. Abrí el evangelio de san Marcos y…allí encontré el elogio de la gota pequeña que va creciendo. Humildemente, sí, poca cosa, pero que tendrá al fin un éxito, no aparatoso pero eficaz muy, eficaz.(Marcos 4, 26…)
Y me viene al caso, pensar que la Iglesia nos propone grandes santos, grandes héroes, grandes creadores…y nos deja tirados a los pequeños; a las amas de casa que van al supermercado todos los días, o a la tiendecita de la vecina echando una mano… pensando en lo que más les gusta a los suyos, y…a la economía de la compra, que “la cosas está mu achuchá”, a los cuidadoras, ¡a veces años ¡ de los enfermos, de la madre que simplemente se levanta por la mañana a llevar con cierta alegría el servicio de esclava de su marido y de sus hijos. Del hombre que barre todas las mañanas las calles de mi barrio, o el que lleva el camión de la basura a las tantas de la aurora…el aburrimiento de una cajera en el Carrefour. El albañil ahora en paro, etc. “Y yo, ¿qué hago de grande en la vida?” ,me cuestiono
Estos pequeños no predican, no alardean, es más, admiran a los grandes hombres, a los grandes organizadores… y se sienten ante ellos muy poca cosa. No hacen más que lo que tenían que hacer…pensamos.
Sí. Son el granito de arena que cuando va cargado de amor (de Dios) , adquiere una fuerza descomunal…y se multiplica por muchos ceros. Y me acuerdo de las hormigas de la deliciosa obra “El diluvio que viene”, con unas pobres hormigas que, juntas, podían llegar a mover montañas enteras. O la gota de agua que, sumada a otras muchas y mezclada con otros muchos pequeños microorganismos, se hará fuente, luego río y finalmente mar. Todo es fecundidad. Nada se pierde.
Es el valor de las cosas pequeñas. Cuando Jesús se hizo hombre lo hizo como una pequeña gota de agua en el mar del mundo…y fue sencillo, alejado de lo grandioso. Y lo mataron por ser tan débil e insignificante, que sorprendió a Pilato. Y murió como un esclavo indigno y extraño. Y se comparó a un grano de trigo enterrado. ¡Nadie podía pensar que aquella pareja llevara dentro tal tesoro escondido cuando buscaban posada en Belénl. Muchos que se burlaban de él en la cruz, tachándolo de fracasado…Estaban equivocados…
Así que piénsalo bien: tú vales mucho. Eres muy necesario. Si te sumas a otros, conseguiremos mucho. Dios dará el crecimiento y el fruto. No lo dudes. Nadie te acobarde. Eres muy necesario e importante. Sin ti nada se puede hacer. Pon valor y energía en tu pequeña vida. Te necesitamos los demás. Avergüénzate de ser una pequeña gota de agua en este mundo, sin tener una perspectiva de mar…Lo que haces bien, por más que ni siquiera tú mismo lo valores, es muy importante para la construcción del mundo mejor.
¡Viva la gota de agua!
Leonardo Molina sj