Los obispos llevan al Sínodo la difícil situación de las madres solteras y de tantísimos niños abandonados y sin una familia.

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Los Obispos traen al Sínodo la dramática situación de las madres solteras. 13-10-2015
«¿Por qué Dios permite que pase esto, si los niños no tienen la culpa? ¿Y por qué nos ayudan tan pocas personas?”. Le dijo llorando, una niña filipina al Papa, en su viaje a Filipinas. Aquel viaje del Papa Francisco puso sobre la mesa la dramática realidad de los niños abandonados, una cuestión no menor que algunos obispos han traído al Sínodo.
Sólo en Filipinas se calcula que hay más de 200.000, aunque se trata de un problema que también afecta a muchos países de América Latina.
MONS. MARCELO A. GONZÁLEZ
Obispo de Santa Clara (Cuba)
«Hay muchas familias rotas y muchos hijos que han nacido no de una familia orgánica. Han nacido de uniones libres y entonces es necesario trabajar por estas nuevas generaciones”.
En algunos casos la realidad también muestra ejemplos heroicos como las madres solteras. Mujeres que a pesar de no tener recursos deciden no abandonar a su hijo y luchar para sacarlo adelante.
MONS. RODOLFO VALENZUELA
Obispo de La Verapaz (Guatemala)
«Una situación que merece el respeto e incluso la admiración. Cuántas madres solteras han sacado adelante a los hijos por las irresponsabilidades, por el ambiente machista de los padres”.
Desde el Sínodo los obispos recuerdan que es un deber grave de las instituciones y de toda la sociedad intentar acoger a personas a quienes la vida les ha negado un derecho fundamental: tener familia, un padre y una madre. Una realidad que, señalan, está inscrita en la intimidad de cada ser humano.
MONS. MARCELO A. GONZÁLEZ
Obispo de Santa Clara (Cuba)
«Una añoranza por el sentido de familia. Hay un fuerte sentido de pertenencia a la familia. Y por eso se busca a pesar de que algunos no conozcan a su padre”.
La realidad de los niños abandonados o de las madres solteras plantea un desafío para las instituciones locales en todos los niveles. Se trata de personas que crecerán sin educación y sin referentes en la vida. Su futuro, en la mayor parte de los casos, suele terminar en la prostitución o en la delincuencia.