Audiencia General: Francisco habla del Jubileo de La Misericordia

18-11- 2015

El Papa Francisco habló del próximo Jubileo de la Misericordia que comenzará el 8 de diciembre. Haciendo referencia a la Puerta Santa que se abrirá en la ceremonia de apertura el Papa recordó que la Misericordia de Dios siempre está abierta para acoger a todos. Por tanto, dijo, la Iglesia debe abrir siempre sus puertas a todos y recibir a todos los que llaman pidiendo perdón y misericordia.

RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA EN ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas:
En el umbral del Año de la Misericordia, quiero reflexionar hoy sobre el sentido de la puerta santa. Una puerta que se abre en la Iglesia para salir al encuentro de aquellos que por tantas razones se encuentran lejos. También las familias están invitadas a abrir sus puertas para salir al encuentro de Jesús que nos espera paciente, y que quiere traernos su bendición y su amistad. Una Iglesia que no fuera hospitalaria o una familia cerrada en sí misma sería una realidad terrible, que mortifica el Evangelio y hace más árido el mundo.
La puerta abierta nos habla de confianza, de hospitalidad, de acogida. La puerta es para proteger pero no para rechazar, y además no puede ser forzada, porque la hospitalidad brilla por la libertad de la acogida. Jesús siempre llama, siempre pide permiso. Al mismo tiempo, la puerta debe abrirse frecuentemente, aunque sólo sea para ver si hay alguien que espera y que no tiene el valor ni la fuerza del llamar.
En el evangelio de san Juan, Jesús se compara con la puerta del redil, en el que encontramos seguridad. Jesùs es una puerta por la que podemos entrar y salir sin temor. La Iglesia debe colaborar con Cristo como el guardián del que habla el evangelio, escuchando la voz del Pastor y dejando entrar a todas las ovejas que Él trae consigo.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Pidamos a la Sagrada Familia, que supo lo que significa encontrar una puerta cerrada, que ayude a los hogares cristianos a ser un signo elocuente de la Puerta de la Misericordia, que se abre al Señor que llama y al hermano que viene. Que Dios los bendiga.